¡Nadar es una actividad popular de verano, y también es bueno para ti! Es una excelente forma de ejercicio cardiovascular, es fácil para las articulaciones y es una forma dulce de refrescarse en esos días calurosos. Pero nuestros dentistas nos explican que podría haber algún daño al acecho en el agua de su piscina que probablemente no conozca.
Piscinas y tus dientes
Muchas piscinas usan cloro para mantener el agua de la piscina libre de bacterias peligrosas que podrían ser dañinas para los humanos. Pero este cloro también puede poner en riesgo otra parte de su cuerpo: los dientes.
Las investigaciones que se remontan a la década de 1980 estudiaron los efectos negativos del cloro en su salud bucal, particularmente en el esmalte dental. Parte de lo que hace el cloro es ayudar a nivelar el equilibrio del pH del agua de la piscina, por lo que es seguro para las familias. Para la mayoría de las situaciones, el agua de la piscina debe tener un pH entre 7.2 y 7.8. Pero cuando esto cae por debajo de este rango ideal, el agua en realidad se vuelve ácida. Si esto sucede y pasa mucho tiempo en la piscina, o si entra mucha agua en la boca, el ácido puede desgastar el esmalte dental e incluso causar decoloración dental.
¿Por qué es importante el esmalte dental?
El esmalte dental es la capa protectora súper fuerte de nuestros dientes. Ayuda a evitar que la placa y las bacterias peligrosas carcoman los dientes y causen caries. Si el esmalte dental se erosiona, ya sea de una piscina clorada inadecuadamente, tomando demasiadas bebidas ácidas como limonada o cepillarse demasiado, los dientes tienen un mayor riesgo de caries, desgaste y sensibilidad.
¿Quién está en riesgo?
Si bien los dientes de cualquier persona pueden sufrir erosión del esmalte, los casos en que la erosión es causada por el cloro a menudo se encuentran en nadadores competitivos o en aquellos que pasan mucho tiempo en las piscinas. La verdad es que si solo nadas ocasionalmente, probablemente no estés en riesgo.
Señales de un problema
Dos de los primeros signos de que el pH de una piscina es demasiado bajo son la piel irritada o los ojos ardientes mientras nada. Con el tiempo, puede comenzar a notar manchas marrones en los dientes (conocido como cálculo de nadador) o experimentar una mayor sensibilidad dental. Si nota alguno de estos cambios, visite a su dentista lo antes posible.
Protegiendo tu esmalte dental
Además del cepillado y el uso de hilo dental adecuados, hay pasos que puede seguir para ayudar a proteger su esmalte contra la erosión, y no, no necesita dejar de nadar. Solo asegúrate de analizar regularmente el nivel de pH adecuado del agua y trata de mantener el agua de la piscina fuera de tu boca tanto como sea posible.
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